Le decimos adiós al Mercado de Liniers, donde fuimos parte de sus 122 años de historia
Son 122 años de historia de la que, feliz y orgullosamente, nos sentimos parte. Porque cada día, cada semana, cada mes, cada año que todo el equipo de Wallace Hnos. SA transcurrió en sus oficinas y en los corrales del Mercado de Liniers, forma parte del ADN de la empresa. Una empresa que comenzó dando sus primeros pasos con nuestro padre, Juan Tomás, y que seguimos los demás: los hermanos Juan y María Inés, quienes son la cara visible de un verdadero equipo.
Desde este martes 17 de mayo de 2022 ya no es más el Mercado de Liniers el lugar de encuentro, bien temprano, para comenzar a clasificar la hacienda y vender. Ya no tendremos que hacer esos trámites en ese predio tan caro a nuestros sentimientos porque nos mudamos –al igual que otras cuarenta y cuatro consignatarias- a Cañuelas.
De ahora en más será el MAG nuestra casa y allí continuaremos haciendo nuestro trabajo diario, el de siempre, por supuesto. Pero va a cambiar la escenografía, las paredes, ese aroma tan característico de Liniers. Nos iremos acostumbrando al nuevo Mercado AgroGanadero y no habrá problemas porque la tarea diaria será la misma de siempre. Y seguramente tendremos más comodidades, instalaciones más modernas, un funcionamiento más acorde a estos tiempos.
Pero la nostalgia por el Mercado de Liniers siempre estará en nuestro corazón, bien adentro, porque fueron muchos años de trabajo ininterrumpido en ese lugar que aprendimos a querer, a defender y a valorar, porque nos cobijó cuando las cosas iban bien y cuando las cosas no iban tan bien. Era un poco nuestro en realidad. Así lo sentíamos. Porque ese lugar ha sido para todos nosotros un gran pedazo de historia, una especie de universidad para formarse de quienes nos forjamos allí día a día en este hermoso trabajo que tanto tiene que ver con nuestro país.
Ahora ya comenzado una nueva etapa. El MAG ahora es en Cañuelas. Es otro el escenario, pero la esencia de nuestro trabajo no va a cambiar, porque seguirá siendo la misma, la de siempre, la de tantos años, que fuimos aprendiendo y desarrollando en el ya viejo Mercado de Liniers. Nos queda esa nostalgia lógica y lo recordaremos con cariño. Con el más profundo de los sentimientos. Como debe ser. Porque fue nuestra casa y porque formamos parte de su historia, que no es poco.